A 50 años de la inauguración del "Aeropuerto Arturo Merino Benítez"
Hace 50 años, se llevó a cabo la inauguración del nuevo aeropuerto para la ciudad de Santiago, con la presencia del entonces Presidente de la República de Chile, don Eduardo Frei Montalva, autoridades civiles y militares.
Sus orígenes se remontan al año 1930, cuando la necesidad de dotar a Santiago de un Aeropuerto para la aviación civil y comercial de aquellos días y su futura proyección. El propio Comandante Merino Benítez estudió la posibilidad de adquirir terrenos la antigua hacienda “Pudahuel” ubicada en Lampa. Debido a las ventajosas condiciones ofrecidas para adquirir el fundo Los Cerrillos, se obvió momentáneamente esta elección dando paso a la construcción del primer aeropuerto de Santiago en esta localidad.
Al pasar el tiempo, y debido al creciente aumento de pasajeros que anualmente arribaban al Aeropuerto Los Cerrillos, se hace necesario el construir un nuevo terminal aéreo que pudiera recibir con seguridad a los cada vez más grandes aviones de transporte -los que hoy eran con motores a reacción- y que además entregara comodidades a quienes llegaban a visitar nuestro país.
Para 1955, se habían retomado los estudios que años antes se habían hecho para la construcción de un aeropuerto que cumpliera con una serie de condiciones, en ello también participaron expertos norteamericanos de la CAA, avalando la elección de los terrenos de “Pudahuel”. De esta forma se seleccionaron terrenos adecuados y disponibles en la zona de Lampa, para adquirirlos el gobierno chileno solicitó un crédito por US$ 10.500.000 al Banco Interamericano del Desarrollo, promediando 1958, esperándose que los estudios de ingeniería estuvieran terminados para 1960 y el nuevo aeropuerto estuviera habilitado a mediados de los años sesenta.
La determinación gubernamental y el tiempo tuvieron sus logros, el entonces denominado Aeropuerto “de Pudahuel” o “de Lampa” por la prensa de aquellos días, era finalmente inaugurado oficialmente el 9 de febrero de 1967, con una recepción y acto ceremonial que convocó tanto a autoridades políticas, religiosas, aeronáuticas como de la Fuerza Aérea de Chile. Su pista poseía 3.200 metros de largo por 45 metros de ancho, cubriendo una superficie de 144 000 m² y otorgando una infraestructura con capacidad para recibir hasta 6 millones de pasajeros anuales, lo fue catalogado como un aeropuerto internacional "clase A".
Tres años más tarde, y quizás en uno de los aspectos menos conocidos de la historia de este importante terminal aéreo internacional, se produce a la muerte de don Arturo Merino Benítez ocurrida a fines de abril de 1970, cuando el entonces Presidente Salvador Allende, en reconocimiento y homenaje a la figura del “Arquitecto de la institucionalidad aeronáutica chilena”, envía al Congreso Nacional, con fecha el 26 de abril de 1971, un proyecto de ley que contenía un único artículo, el que declaraba: “Denomínase ‘General del Aire Arturo Merino Benítez’ al Aeropuerto Internacional de Pudahuel (Santiago)” .
Pese a que algunos documentos del período, denominan extraoficialmente al nuevo aeropuerto de Santiago como ‘General Arturo Merino Benítez’, esta situación no fue aclarada como era debido, quizás debido a los trastornos políticos que surgieron en el país por aquellos años, pareciendo esto no haber dado oportunidad clara para que la propuesta siguiera su curso oficial y con ello hacer justicia al recuerdo de este gran personaje. Pero el destino tuvo que esperar casi diez años para hacerse cargo de este deber nacional, cuando el 13 de febrero de 1980, el Gobierno concretó finalmente la iniciativa ideada por el anterior mandatario, promulgando el decreto ley 3.245, publicado el 19 de marzo de 1980.
Este reconocimiento que se realiza al creador de nuestra institucionalidad aérea, no permanece tampoco ajeno a los criterios internacionales, donde al menos en América, podemos comparar nuestro querido “Aeropuerto Arturo Merino Benítez”, con el Aeropuerto General Cesáreo L. Berisso de Montevideo, el Aeropuerto Silvio Pettirossi de Asunción, Alberto Santos Dumont de Rio de Janeiro, Jorge Newbery de Buenos Aires, Piloto Carlos Campos de Neuquén, Rafael Pabón en Bolivia, Aeropuerto Benjamín Matienzo de Tucumán, Aeropuerto Piloto Marcos A. Gelabert de Panamá, Capitán Guillermo Concha Ibérico de Piura y el Aeropuerto Jorge Chávez en Lima, Aeropuerto General Roberto Fierro Villalobos de Chihuahua todos los cuales rinden perpetuo homenaje a los forjadores y beneméritos de la aviación en sus respectivos países.
